miércoles, 24 de septiembre de 2008


¿Qué es saber hablar?

Briz, A. (Coord.) (2008) Madrid: Santillana Ediciones (Pág. 19 – 46)

Saber hablar es una virtud y don del que gozamos casi todas las personas, pero sin duda del buen o mal uso del lenguaje dependen muchos éxitos y fracasos. Hoy día el dominio de la palabra se impone considerablemente, pero es quien sabe hablar bien quien obtiene reconocimiento social y otros beneficios.

Al considerar que una persona habla bien, nos referimos a que:

Maneja por un lado la situación, la intención y el contexto donde se desarrolle la comunicación.

Por otro lado, al uso correcto de la lengua, es decir a las habilidades fónicas, morfosintácticas y léxico-semántica.

Y finalmente, en la capacidad de integrar estos dos conocimientos.

De la misma manera saber hablar bien también depende del arte de persuadir, pues al presentar los argumentos necesarios para debatir y convencer a otros, obtiene más validez el punto de vista, entendiendo que en la mayoría de los casos la función persuasiva es el motor fundamental de quien sabe hablar.

Así, pues saber hablar es ser cada vez más consciente de la existencia de los mecanismos y tácticas lingüísticas de persuasión, pero saber hablar bien es llegar a adquirir esas habilidades argumentativas y ponerlas en práctica.

Igualmente saber hablar depende de la capacidad de enfrentarse verbal y extraverbalmente ante un público, tomando en cuenta la variedad de individuos y sus características.

En la actualidad hablar bien más que una actividad natural es una necesidad, pues inclusive en muchas empresas consideran necesaria la formación lingüística de sus trabajadores.

En ocasiones la palabra es el instrumento más eficaz para el logro de una meta, pero mal empleada, es una arma que se vuelve rápidamente en contra, por eso se requiere de la educación del habla

El habla se moldea mediante procesos de aprendizaje y diferentes técnicas y sólo a través de esto se llega a ser un buen hablante u orador. Estos procesos de aprendizaje pueden llevarse a cabo mediante las normas gramaticales que establece la Real Academia Española y la Asociación de Academias.

Aunque por otra parte no es tan fácil a veces decidir si algo es correcto o no desde el punto de vista léxico, ya que la norma léxica está sometida a cambios rápidos, aunque sí podemos determinar que sería menos recomendable.


Sobre el respeto a la norma de la gramática también se debería ligar el ajuste de lo hablado al contexto, pues es preciso tener en cuenta dónde se está produciendo, con quién, por qué y para qué la comunicación, para poder usar de modo adecuado el lenguaje en la situación.

Sería preciso que nos interesáramos en cultivar cada vez más la manera de hablar, para así hacer más fácil la integración y relación con los demás individuos y gozar de una buena comunicación con la dicha de “saber hablar”.

Hecho por:
Marylin Ninoska Reyes Barragán

miércoles, 10 de septiembre de 2008

“Memoria de mis putas tristes”
Gabriel García Márquez


Gabriel García Márquez, colombiano, novelista, literario escribe “Memoria de mis putas tristes” recopilando las vivencias desde su juventud hasta su vejez y recordar esa etapa de libertinaje que vivió y padeció junto a un sin fin de prostitutas.

En el capítulo 1 encontramos el inicio de esta historia de amor que resulta un poco extraña. Fue en vísperas de sus 90 años cuando este viejo ya con los achaques de la edad, con su jubilación como periodista encima y nostalgia por los recuerdos, decidió darse como regalo un gusto con una jovencita virgen, pues ya estaba cansado de prostitutas mal pagadas y con miserables vidas.

Llamó a su antigua amiga Rosa Cabarcas, dueña de una casa clandestina de prostitutas, quien un tanto asombrada por las exigencias, logró encontrar a una niña virgen de 14 años para este viejo veterano.

Fue el día de su cumpleaños que pusieron fecha para el encuentro en el bar a las 10pm. El hombre llegó puntual a la habitación y con un poco de nervios abrió la puerta y la encontró como Dios la trajo al mundo, pero estaba dormida, producto del cansancio de su trabajo y de un té de valeriana, fue imposible despertarla, pues la niña sólo respondía con movimientos corporales a sus palabras y caricias y al no obtener respuestas el hombre se echó a dormir, para salir al día siguiente sintiendo el peso de sus 90 años.

A lo largo del capítulo 2 este viejo nos relata sobre su afición por los libros, la música clásica y su trabajo en el Diario La Paz, donde tiene el privilegio de trabajar desde su casa por ser el empleado más antiguo.

Su encuentro más cercano a una relación estable fue con la bella hija de su vecino Ximena Ortiz, quien lo sedujo y despertó en él deseos desenfrenados, hasta que este no se pudo contener y pidió su mano en matrimonio, fueron meses de un bonito noviazgo, pero el día de la boda él no se apareció.

Luego del encuentro con la niña a la cual llamó Delgadina, decidió ir al periódico a entregar la nota dominical como de costumbre, pero sus compañeros lo esperaban con una fiesta de cumpleaños, aunque a la final ellos serían los sorprendidos, pues dicha nota era su carta de renuncia, la cual inmediatamente rechazaron. Ese día también fue impresionado por Rosa quien lo convenció de volver a ver la infanta.



Durante el transcurso del capítulo 3 nos cuenta que volvió a su encuentro con la chiquilla todos los días a la misma hora, pero siempre la encontraba dormida, así que sólo se acostaba a su lado a admirarla y acariciarla, definitivamente se había enamorado.

Se dispuso arreglar la habitación para hacerla más acogedora y especial para ambos, e inclusive ya sus notas dominicales eran cartas de amor para Delgadina, las cuales disfrutaban mucho sus lectores.

Ya en el capítulo 4 aumentaba el cariño de estos dos personajes, que sin haber cruzado palabra, conocían cada vez más sus gustos y preferencias, pero fue una noche que ocurrió un crimen en una de las habitaciones del bar, el cual fue cerrado y tanto Delgadina como Rosa desaparecieron.

El viejo entró en un estado deprimente y de desesperación, hasta que un mes después Rosa apareció dando excusas un tanto confusas, pero lo despistó de nuevo con una velada a las 10 p.m. en la misma habitación con su amada, a la cual encontró un poco diferente, se veía radiante, había crecido y con el maquillaje y las joyas era otra mujer, cosa que le hizo pensar que se había convertido en una prostituta. Salió del lugar jurando no volver a verlas.

Finalizando el capítulo 5, el viejo sumergido en su ira cada día decae más, pero como un mensaje del cielo aparece una amante del pasado quien lo aconseja, y le hace tener valor para volver a buscar su amor, pues le asegura que vivir solo y viejo no es una buena idea.

Sintiendo la muerte cerca, decide volver a buscar a Delgadina y pasar su última noche junto a ella, pero su sorpresa fue cuando descubrió que había sobrevivido un día más de los 90 años, salió feliz a la calle a encontrar la manera de celebrar y seguir viviendo al lado de su tierno amor, pues ya esperaba morir cualquier día después de los 100 años.

Este libro a pesar de utilizar un lenguaje crudo y sin censura para los chicos, es una bonita historia de amor, la cual resulta poco común, pues el autor se dedica a contarnos cómo luchó por mantener ese amor que en cierta forma era diferente e inocente para un hombre de su edad. Experimentó cosas que nunca antes había sentido, celos, ansiedad, y desespero, pero al final encontró a una mujer diferente que le dio sentido a su vida antes de partir.

· Gabriel García Márquez ganó el Premio Nobel de Literatura en Estocolmo el 1982.

Hecho por:
Marylin Ninoska Reyes Barragán